Las dos caras de la misma moneda

2010: Ayla Eyes, 22 años, psicóloga sanitaria de profesión. Trabajo en una universidad catalana como profesora de psicopatología e investigadora y realizo el doctorado en Psicología Clínica y de la Salud.

Soy una persona alegre, vital, emprendedora, sensible, luchadora, tozuda, soñadora, productiva, jovial, amistosa, inteligente, siempre con la sonrisa en la cara y dispuesta a ofrecer ayuda a mis amigos.

Resultado: Funcional, adaptada, aceptada, querida y valorada en mi entorno.

2011: Enfermedad terminal de mi padre; cuidadora, estrés, presión, tristeza, autosuperación, criticismo, emoción expresada.

Yo misma: Puedo con todo. Compagino quimios, hospitales, doctorado, docencia, vida social, pareja, familia...

Mi entorno: Qué bien, tú puedes con todo, sigue así ¡qué bien lo haces! Eres muy fuerte.

2012: Llega la muerte de mi padre a sus 54 años; liberación, descanso, agotamiento físico y mental: APAGÓN

Mi entorno: Ya no eres la misma, pareces apagada, va anímate, vuelve a escribir, vuelve a bailar, te estás engordando, antes estabas más guapa, deberías sonreír, adelgázate, no estés triste, no llores, sal de casa...

Resultado: Sufrimiento, incomprensión, autoculpabilidad, autoexigencia, emoción expresada, falta de autoestima y amor por una misma, atracones, purgaciones, autolesiones, regímenes, abandono, falta de deseo, aislamiento social, separación, ruptura sentimental de mi primera pareja (8 años de relación)...

2014: Dos años de tratamiento psicológico y psiquiátrico semanal, aceleración: SUBIDÓN

Mi entorno: Estás demasiado contenta, vuelves a hacer demasiados proyectos, no quedes con tanta gente, bailas demasiado, deberías parar un poco, te estás adelgazando demasiado rápido, no estés tan feliz, no sonrías tanto, vas con demasiados hombres, ¿qué pensará la gente de ti?, parece que vives en otro mundo, sueñas despierta, aterriza,...

Resultado: 21 días de internamiento involuntario, sufrimiento, incomprensión, autoculpabilidad, autoexigencia, emoción expresada, falta de autoestima y amor por una misma.

Efectos secundarios: embotamiento afectivo y mental, falta de concentración, desorientación, abulia, apatía, anhedonia, insomnio, sueño no reparador, astenia, agotamiento físico y mental, aumento de peso (15 kilos), aumento del hambre, atracones y purgaciones, ejercicio físico excesivo, parestesias en manos y pies y un largo etcétera.

2016: Ayla Eyes, 28 años, en paro. Enferma mental diagnosticada, etiquetada.

Resultado: ¡DISCRIMINADA y ESTIGMATIZADA! Inadaptada, juzgada e incomprendida por mi entorno y disfuncional en esta sociedad.

Ayla Eyes, misma persona, dos caras de la misma moneda. 14 de Junio de 2016