La bipolaridad para mí

No sé muy bien cómo comenzar este articulo sin ponerme algo melancólica, y es que al pensar los muchos años que llevo batallando contra este trastorno mental, es algo de suponer el que me ponga así. Son años y años de lucha continua conmigo misma, de no llegar a entender muy bien por qué yo tengo esta patología, y no otra persona, si no le he hecho ningún daño a nadie.

Aún recuerdo cómo se manifestó en mí el citado trastorno bipolar. Empezó por no manifestarse en seguida, ya que previamente, a los dieciséis años, me ingresaron, por un trastorno conductual, pero ya era un aviso de que la bipolaridad estaba ahí, escondida. Se me manifestó, con un ataque de manía o euforia a los dieciocho años, en pleno mercado o plaza. Mis padres se asustaron tanto que no sabían que hacer, se pensaron que me había vuelto loca de repente. Entonces me llevaron al Hospital de Can Ruti, y ahí en seguida me lo vieron, es decir, me lo diagnosticaron, y de ahí a mi primer ingreso en un centro de salud mental.

¿Cómo han sido estos años que yo denomino batallas, conmigo misma? Al principio, de no aceptar muy bien el diagnóstico bipolar, hasta ahora de tenerlo, con el paso de los años (han pasado casi quince), he asimilado más lo que padezco. Luchas y luchas conmigo misma, por no poder llevar la vida que me hubiera gustado llevar. En fin, son cosas que para una pensionista tan joven como yo, creo que las tengo más que superadas.

También, pienso que es una patología muy jodida para el que convive contigo, ya que a veces somos insoportables, que decir no hay ni Dios que nos aguante, pero también somos muy agradecidos con los que nos quieren.

Y conclusión final, mi enfermedad me ha dado muchas penas y alegrías, pero a día de hoy siempre digo lo mismo: si volviese a nacer querría ser la misma persona.