“El silencio es el peor enemigo del suicidio. Hablar de ello y exteriorizarlo es, según los expertos, una puerta de salida para buscar ayuda y prevenirlo.“ Así empieza el artículo que la periodista Jessica Mouzo publicó en el diario El País el pasado mes de octubre, con motivo del Dia Mundial de la Salut Mental y la presentación del nuevo informe del Observatori de mitjans i salut mental: "El suïcidi als mitjans". Pero no es la primera vez que la periodista establece relación con Obertament. Conoce nuestro trabajo con los medios de comunicación de cerca y hemos querido entrevistarla para que nos de, como profesional de la comunicación, su punto de vista sobre el estigma que rodea la salud mental y el suicidio, y qué se puede hacer desde el periodismo para luchar contra él.
O: Sabemos que durante años el suicidio ha sido un tabú en los medios de comunicación, como lo es también en la sociedad en general. ¿A qué crees que se debe?
J: Al miedo a lo desconocido, a lo que no entiendes ni encuentras explicación. Los medios de comunicación siempre han temido el efecto llamada si se hablaba del tema y la sociedad tampoco demandaba información sobre el suicidio. Ahora sabemos que ese efecto contagio no es tal si se trata de forma adecuada y en positivo. Hay que romper el tabú entre todos y normalizar el abordaje y el tratamiento de las muertes por suicidio.
O: ¿Está cambiando el paradigma? ¿Se habla más de suicidio en los medios?
J: Yo creo que sí, sobre todo desde el ámbito de la salud. Los profesionales de salud mental nos alientan a hacerlo, las asociaciones de familiares también y el fenómeno en sí, como hecho noticioso, obliga a incluirlo en la agenda. Mueren más personas por suicidio que en accidentes de coches. Los medios somos conscientes de la envergadura de este tema y creo que estamos mejorando la cobertura desde diversos ámbitos.
O: ¿Con qué dificultades se encuentra un periodista a la hora de escribir un artículo sobre el suicidio?
J: El tabú social pesa a la hora de elaborar la información. Los prejuicios, las ideas preconcebidas, el uso adecuado de las palabras... todos estos elementos a mí, personalmente, me inquietan y hacen peligrar, a mi juicio, un buen tratamiento de este tipo de informaciones. Por eso es necesario tener formación y ayuda de expertos para tratar estos temas tan complejos.
O: Como sabes, la semana pasada presentamos un informe sobre medios de comunicación y suicidio. Dos de las conclusiones principales del informe son, por un lado, la gran ausencia en las noticias sobre suicidio de la primera persona (solo aparece en un 12% de los casos) y que el tono mixto, neutro y negativo de las noticias predomina por encima del positivo (tono positivo: 44,5%, tono mixto/neutro/negativo: 54,9%). ¿Qué opinas de estas conclusiones? ¿Las ves reflejadas de alguna manera en el día a día de la redacción o en los medios en general?
J: Probablemente atinan bastante con la realidad del día a día. La falta de voces en primera persona es evidente y, seguramente, en esto tiene que ver la falta de tiempo que tenemos los redactores para elaborar las informaciones. A veces es más ágil localizar al experto que a un caso particular que quiera contar su punto de vista.
Sobre la falta de noticias en positivo, creo que es un asunto más complejo. Los hechos te obligan, a veces, a informar de una forma más aséptica y no siempre es posible el enfoque positivo. En el caso de noticias en negativo, creo que son fruto del desconocimiento más que de una mala fe.
O: En el informe aparecen una serie de recomendaciones para periodistas que quieran o tengan que escribir sobre el suicidio. ¿Te parecen útiles? ¿Son realistas?
J: Sí, me parecen muy oportunas, aunque a veces echo en falta propuestas alternativas para evitar las malas praxis. Por ejemplo, cómo se aborda un caso de violencia machista donde el agresor/asesino termina muriendo por suicidio? O en un atentado yihadista, ¿cómo se explica para no crear estigma ni alentar el efecto llamada tan temido?
O: ¿Qué necesita el o la periodista para mejorar la cobertura mediática de esta temática? ¿Cómo podemos ayudar desde las entidades como Obertament?
J: Tomar conciencia de la problemática y formarse. Tener a mano expertos de cabecera a los que acudir para solventar dudas de forma ágil. A mí me gustan las charlas y los tirones de orejas de Obertament, por ejemplo, porque me hacen darme cuenta de los errores y prestar más atención a los textos que escribo.
O: A parte de este informe, desde Obertament realizamos un trabajo continuo durante todo el año orientado a luchar contra el estigma en el ámbito periodístico. ¿Existe más concienciación sobre la salud mental dentro del periodismo?
J: Muchísima más. Desde el primer contacto con Obertament hasta ahora, yo noto mucha más sensibilidad a la hora de hablar de salud mental. Seguramente seguimos metiendo mucho la pata, pero hay discusiones en la redacción, se exponen dudas de cómo se tendría que abordar un tema u otro relacionado con salud mental... Yo creo que es un gran avance y es cuestión de tiempo que el estigma desaparezca, al menos, de los medios.
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