No tienes activado JAVASCRIPT en tu navegador, puedes navegar en nuestra Web tranquilamente, pero te recomendamos que lo actives para que puedas puedas utilizar nuestra Web con todas las funcionalidades.

Un Dream Team de hormiguitas

Te encuentras con gente de la que te separa alguna cosa: una década más… o menos. Se han podido casar y/o tener hijos. Su vida ha sido más agitada, han podido consumir sustancias tóxicas, la sociedad no ha tenido reparos en rechazarlos en un momento dado. A partir de aquí solo pueden surgir los acercamientos, las experiencias comunes, un voluntariado vivido con la misma pasión y esperanza. Verdad es que somos hormiguitas, cada una realizando su función. Hay quien se desnuda ante cualquiera y hay quien no se saca ni un guante en público, sin que ello suponga un grado menos de implicación.

Somos como un equipo, un Dream Team. No hay dos activistas iguales, así que no podemos más que ser portavoces de nosotros mismos, aunque la voz de cara al exterior suena uniforme y todos actuamos con un mismo objetivo: que las problemáticas de salud mental sean percibidas en su justa medida, sin microscopios o telescopios que distorsionen la realidad.

A los políticos no se les oye decir que se equivocan, los deportistas fallan, los empresarios se arruinan. Nosotros caemos para intentar volver a levantarnos. Dejar atrás los sufrimientos, disfrutar con los seres queridos. Esquivamos ataques, contamos historias sin adornos ni maquillaje. Nos ponemos el traje de campaña y al primero que queremos convencer de que lo que hacemos tiene un sentido es a uno mismo.

Somos palomas mensajeras con consignas breves que toca repetir como loritos. Somos las tortugas del activismo pero sabemos que la meta se acerca cada día. Somos como las suricatas, esos mamíferos que se ponen a dos patas, vigilantes en el desierto, solo que nosotros actuamos así ante periodistas, estudiantes y personas en general en jornadas de sensibilización. Nos crecemos, protegemos a la manada. Nos transformamos en esos ratones de dibujos animados que extreman su ingenio para no ser cazados por nuestros depredadores externos e internos. Y todo con una finalidad: hacernos más grandes y visibles para que el estigma se reduzca al mínimo. Como decía aquel…. “Vuela como mariposa, pica como abeja”.

Cargando, un momento, por favor